domingo, 29 de diciembre de 2013

Tú no crees en los deseos, sino en la magia de que se cumplan.

Hace mucho que reemplazo los sueños por la simple realidad. Ya no entiendo cómo funciona mi cabeza.
Me resulta muy duro actuar de una manera en la que siento que prefiero abandonar, parar en seco y empezar de cero. Pero ahora estamos mejor así.

Para escribir lo que de verdad siento no hace falta ninguna canción… Porque ya no necesito abrazos, ni gente que me diga "te quiero".

Si me vas a hacer daño, vete. Yo ni me voy a molestar en hablarte.

Últimamente me dedico a plasmar sucesos en una pantalla; no con fotos sino con vídeos, para que vean lo que siento los que quieran.
Los que me vayáis a contemplar para reíos de mí, iros. Los que en el fondo me apreciáis, iros, porque sólo demostráis malas caras.
Los que me odiáis, podéis quedaros; quizás demostréis más.

A los pocos que doy, mucha mierda me dan. En el sentido de que me vaya y, que ojalá conozca la suerte.
Lloráis lo que otros sienten, lo que otros ya han superado. ''Te deseo buena suerte'', esa es la frase que algunos suspiran.

Me juzgáis por quien no soy, en cambio, sois vosotros los tontos que leéis esto, los que levantan la ceja al leer frases como esa.
Los que no tienen nada que hacer y sólo están aquí por cotillear.
Y ahora querréis decir ''¡Basta! Pero qué te has creído?''
No podéis imaginaos lo que llevo adentro, que quizás si exploto os llene de mierda. Tal marrón que os escaparías al momento. Y con ganas de decir: ''me voy.'' Pero no podéis; es así como me siento.

Qué tonta manera de dejar pasar los días,
 viendo cómo la vida se esconde entre mis manos. Y es que al final no me encuentro.
Con tanto esparadrapo en la boca, que se forma por no hablar y expresar todo lo que siento.

Tan sólo quiero ser mayor y estar en mi propia casa. Sentarme sola en una hamaca rota y vieja y escribir sus posibles historias.
Más tarde, tomarme un café o, simplemente grabar un vídeo; salir a la calle y dejar que me lleve el aire hasta un lugar en el que me de cuenta de la suerte que tengo.

Necesito quitarme las gafas, los cascos, y dejar de obstaculizar mi cabeza, para que pueda pensar de un modo más abierto y ver más allá de lo que unas gafas graduadas puedan alcanzar.

Que cuando decida llegar a casa, llueva. Que me pille en un buen día y no lleve paraguas. Que me miren, que me odien, que se rían, que se extrañen.

Haréis lo que deseéis, pero, yo seré libre, y siempre habrá sido así.

Quizás yo no tenga una casa bonita, ni un trabajo, ni vista ropas caras, ni me quede el amor de unos pocos, pero, aún tengo a alguien que nunca me fallaría. Esa soy yo.

Quería que mi vida decidiese por mí.

Entonces dije: que sea lo que Dios quiera. 
Me paré a pensar y olvidé que no creía en el Señor.

Así que llegué a la conclusión de que si tú no tienes ni crees en tus propios sueños, nunca gozarás de ellos, ya que no se cumplirán.

Se irán tan rápido... Tan rápido como un puñado de gaviotas tras un escopetazo.

No debes dejar que eso ocurra.

I don't belong here.

Aún dependo de un papel y un boli. Quedo destrozada por dentro; ya nadie me salva. Entre las capas de mis sábanas, que como el frío sólo me...