sábado, 27 de octubre de 2012

Dicen que la vida pasa.

Ya no es cuestión de tiempo, porque lo que no quería que pasase ya ha pasado.

Ahora sólo hay que esperar, quizás unas horas basten para llegar a lo que quiero decir, pero es difícil expresarlo cuando se trata de algo que nadie quiere; algo que no es eterno, como la vida misma.

Es curioso ver cómo su comienzo y el final de ésta son tan parecidos. Todas empiezan con un carrito sostenido por los brazos de una mamá y cada una de ellas acaba en una silla de ruedas, sostenida por su hija.
''Para siempre joven'' es un término que ahora me gustaría retomar, ya que son varios casos en los que he descubierto el dolor que se siente al conocer la muerte.

Si se pudiese ser eternamente joven, sería una de esas personas que aprovecharían la vida a tope; o mejor aún, preferiría morir joven y vivir más rápido.

Porque la vida a veces nos enseña mucho: la enfermedad, el estrés, el amor, las drogas, el dolor, el cariño, el aprecio, el placer...

Cada una de ellas nos trae una consecuencia y una ventaja. Algo nuevo que aportar cada día; eso sí, la vida puede ser muy traicionera y muy hipócrita, como cuando no nos damos cuenta de que en un lugar se muere gente, y hasta que no le toca a alguien cercano no sientes ese dolor de verdad; ese dolor visto de cerca.

Imagina un niño, y sus primeros pasos. Más tarde dice sus primeras palabras.

Los juguetes, esas alegrías que nos damos a veces al verlos, las cosas graciosas que hacen, etc.

Después viene la adolescencia; sí, la etapa actual de cada uno de nosotros; encerrados en una habitación escuchando Green Day, One Direction o Swan Fyahbwoy, y decepcionándonos por cualquier motivo.

No merece la pena, ¿sabes? Hay cosas más importantes en las que pensar; como en que el tiempo se agota, y en que hay que dejar atrás el pasado, las penas y el dolor. Sólo pensar en el presente para poder actuar en un futuro.

No pienses lo que digas, di lo que piensas. Sé listo y no dejes que decidan por ti; sé libre y salvaje, descubre cosas por ti mismo y déjate enseñar. Haz caso a los adultos, que seguro que te lo dicen más de una vez.
Pero obviamente la vida no acaba aquí; continúa, continúa con la mejor parte: la madurez; esa etapa en la que ya somos mayores, independientes, tomamos nuestras propias decisiones y apenas dependemos de nuestros padres.

Formamos una familia con uno, dos, tres, o más hijos y, puede que más tarde, a partir de ellos, consigáis lo que uno siempre ha deseado cuando rondan los setenta; un nieto.

Vuestros hijos se harán mayores y nosotros también. No os penséis que seremos abuelitos en sillas de ruedas; no tiene por qué, pero sí que deberemos tener cuidado de todo peligro.
También llegará el día en que vuestra pareja se marche y no vuelva más, pero no os preocupéis, pues más tarde la volveréis a ver para siempre. Os lo aseguro.

De momento, escúchame, déjate aconsejar, bebe alcohol, fuma, drógate, ama, pero sobre todo piensa en las consecuencias, y por supuesto: sonríe.

No dejes que una piedra te estropee el camino; que tienes más motivos por los que sonreír.

Recuerda que si te caes siete veces, deberás levantarte ocho.

Con esa frase quiero acabar este ''testamento'', que más largo no podía ser, solo que quería que supieseis mi opinión.

Acuérdate de que la vida no es una mierda, ni un pasatiempos, ni algo de lo que arrepentirse, sólo que si no sabes vivirla, lo vas a pasar muy mal.

Cuenta con que un día te va a llegar a ti también ese momento, pero no te apures ni nada de eso; aún te queda mucho por lo que pasar.

I don't belong here.

Aún dependo de un papel y un boli. Quedo destrozada por dentro; ya nadie me salva. Entre las capas de mis sábanas, que como el frío sólo me...